Nuestra piel está expuesta, de forma constante, a factores ambientales. Además, no siempre la cuidamos como debiéramos, cayendo en malos hábitos de limpieza o alimentación. ¿El resultado? La aceleración del proceso de envejecimiento y la pérdida de su luminosidad natural. Y cuando eso pasa, sí o sí, hay que recurrir a activos para devolver la luz a la piel.
No es fácil encontrar los productos cosméticos más adecuados a cada tipo de piel y necesidad. Y menos, encontrar aquellos que están formulados con los ingredientes activos que imiten las células propias de la piel joven y sana.
Activos para devolver la luz a la piel: ¿Cuáles son y dónde encontrarlos?
A menudo, escuchamos hablar de factores de crecimiento, proteoglicanos, antioxidantes... Pero, realmente, ¿Cómo actúan los cosméticos y propiedades que contienen sobre nuestra piel? ¿Sabemos elegir un producto por sus activos o seguimos guiándonos más por cómo huele o si su packaging es bonito ?
Factores de crecimiento: los mensajeros de la piel de juventud
Los factores de crecimiento son proteínas esenciales que se encuentran en nuestra dermis para mantener sus funciones naturales. Aportan elasticidad, firmeza y ayudan a corregir arrugas. Su uso en concentrados cosméticos como serums o ampollas, asegura su regeneración constante.
Uno de los factores de crecimiento empleados en la cosmética, pese a que no haya estudios científicos concisos frente a los efectos biológicos, es la secreción purificada del caracol Cryptomphalus aspersa, conocido como SCA factores de crecimiento. Este activo es capaz de estimular la producción de colágeno y la renovación epidérmica. Mediante este efecto, se activa en cadena la renovación de queratinocitos y fibroblastos, siendo estos últimos capaces de activar a nuestros propios proteoglicanos.
Proteoglicanos: ¿La panacea antiedad?
También oímos hablar de ellos y de sus maravillosos efectos en nuestra piel. Pero, en realidad, ¿Qué buscamos cuando pedimos proteoglicanos en nuestros productos de belleza como activos para devolver la luz a la piel?
Los proteoglicanos son el principal componente de la Matriz Extracelular y de ellos depende el relleno dérmico. Ejemplo de ello son los bebés: el aspecto uniforme y suave de su piel se debe a que nacemos con una red de proteoglicanos perfecta en la que se inserta el colágeno. Una red que va perdiendo su efecto tensor con el paso del tiempo.
Aplicados en cosmética, estos activos contribuyen a mantener la tez hidratada, protegida y le aportan efecto relleno.
Vitamina C: Antioxidante de luz
Tenemos asumido que la vitamina C es antioxidante. Por eso, cuando nos dicen que nos bebamos el zumo de naranja antes de que se vayan las vitaminas, en realidad, se refieren a aprovechar al máximo esa acción. Para la protección de la dermis es indispensable la aplicación de antioxidantes que ayuden a contrarrestar los daños que le provocan las radiaciones, la contaminación o el humo.
Si queremos obtener la máxima eficacia antioxidante de la vitamina C, es fundamental su correcta formulación a altas concentraciones y, a poder ser, en serums monodosis que las mantengan en buen estado durante más tiempo. Ya se sabe que cuando un producto se abre, puede perder parte de sus propiedades al contacto con aire.
En definitiva, para mostrar una piel sana y luminosa, es imprescindible la combinación de activos que, junto con tratamientos médicos específicos, actúen a distintos niveles para conseguir mejorar la capacidad protectora de la piel y aportarle luminosidad de forma inmediata y sostenida en el tiempo.